Actualizado 21/04/2014 07:51

Muere el escritor y crítico mexicano Emmanuel Carballo

 Emmanuel Carballo
Foto: EMMANUELCARBALLO.COM

MÉXICO DF, 21 Abr. (Notimérica/EP) -

   El escritor, crítico literario y periodista mexicano, Emmanuel Carballo, falleció este domingo en la capital del país a la edad de 85 años, confirmó el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa.

   Carballo, originario de Guadalajara (Jalisco), donde nació el 2 de julio de 1929, es considerado uno de los críticos literarios más importantes del siglo XX en México.

   El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) lamentaron la muerte del escritor, a quien calificaron como un "gran hombre de letras y de las memorias literarias".

   Tovar y de Teresa reveló que el académico e historiador murió de un "fulminante infarto", tras llegar a su domicilio procedente de Valle de Bravo, en el Estado de México, informa Notimex.

   "Venía llegando, se bajó del automóvil e iba bajar el equipaje cuando le vino un infarto masivo y cayó en su casa", dijo el funcionario, quien adelantó que habrá un homenaje para el crítico literario.

   "Hablé por teléfono con su esposa, Beatriz Espejo, y desde luego encontraremos el momento más adecuado, cuando tenga ánimos para poder organizar algo conmemoratorio", abundó.

   A su vez, María Cristina García Cepeda, directora del INBA, se manifestó sorprendida por el deceso del autor de más de 149 obras, entre libros de entrevistas, poesía, cuento, ensayo, investigación, memorias, poemas y cuentos en antologías y prólogos.

   "Nos acabamos de enterar y nos podremos en comunicación con su familia, con Beatriz y desde luego brindaremos todo el apoyo que merece un escritor como Carballo", declaró.

UNA FIGURA "MOLESTA PERO NECESARIA"

   "Soy una figura molesta pero necesaria. Mi papel se presta más a la censura que al elogio. Y es natural, el crítico es el aguafiestas, el villano de película del Oeste, el resentido, el amargado, el ogro y la bruja de los cuentos de niños, el viejo sucio que viola a la chica indefensa, el maniático, el doctor Jekyll y mister Hyde: en pocas palabras, el que exige a los demás que se arriesguen mientras él mira los toros desde la barrera".

   Así se pronunciaba Emmanuel Carballo en su web donde decía a continuación que "si lo anterior fuese cierto, el oficio del crítico estaría más próximo al mundo de la delincuencia que a la ley de responsabilidades". Pero el creía que la crítica es (o debería ser) una profesión como otra cualquiera, "con sus derechos y obligaciones".

   Consideraba que el crítico tiene el compromiso de probar que sus juicios son correctos, "que no habla de memoria sino que, por el contrario, sus ideas están respaldadas por la realidad estética de la obra que analiza".

   Por otra parte --decía-- tiene el derecho de decir lo que piensa "tal como lo piensa, sin eufemismos, sin presiones, en voz alta y con toda la boca". "Si yerra, que las letras mexicanas se lo reprochen; si acierta, que aplacen su sentencia de muerte y lo dejen vivir en paz sus contados días", señalaba.

   Sobre la literatura, decía que no creía que ésta "sea como el maná", un alimento capaz de saber "a lo que uno quiere que sepa", una solución válida que sirva para desterrar los problemas que nos preocupan. "La función de la literatura es modesta y por tanto poco espectacular", afirmaba.

   En el caso concreto de México, el escritor y crítico opinaba que la literatura "casi no tiene nada que ofrecer". En primer término  --decía-- porque su misión específica es reducida: "se concreta a mostrar y no a remediar". Después, "porque los tirajes de los libros son confidenciales, normalmente de dos a tres mil ejemplares en un país que sobrepasa los 100 millones de habitantes".

   "Pensar que la literatura entre nosotros llega al pueblo es una mentira: el pueblo no sabe leer, y si sabe aún no puede ir más allá de los comics y las fotonovelas; además, el libro es caro, casi un objeto de lujo. En definitiva, la literatura mexicana se desenvuelve dentro de un círculo vicioso burgués: la escribimos los burgueses, la leemos los burgueses y la criticamos los burgueses. Todo queda en familia", aseguraba.

   En cuanto a sus simpatías literarias como crítico, estaba con los innovadores, con aquéllos que luchan por implantar una manera de vivir (de escribir) distinta. "En los momentos más significativos de sus vidas como escritores prefiero a José Vasconcelos y no a Antonio Caso, a José Juan Tablada y no a Efrén Rebolledo, a José Gorostiza y no a Jaime Torres Bodet, a Octavio Paz y no a Rafael Solana", decía.

   "Los primeros representan la voluntad de ruptura y los segundos (al margen de sus propias aportaciones) la conformidad en cierto modo con el statu quo. De las dos partes de esta opción opto por la primera, la de los acróbatas que ejecutan sus piruetas a gran altura y no tienen, abajo, una red que los proteja", sentenciaba Carballo.

   Emmanuel Carballo nació en Guadalajara (Jalisco), el 2 de julio de 1929. En su juventud frecuentó la poesía y la prosa narrativa; a partir de la madurez se ha dedicado a la historia y la crítica literarias.

   Realizó estudios de derecho en la Universidad de Guadalajara, en cuyo Departamento de Letras fue profesor, investigador de tiempo completo y Maestro Emérito. Allí fundó las revistas Ariel y Odiseo; en la ciudad de México, en compañía de Carlos Fuentes, la Revista Mexicana de Literatura.

   Como editor creó la Editorial Diógenes y fue director literario de Empresas Editoriales. Fue miembro del Sistema Nacional de Creadores y antes del Sistema Nacional de Investigadores y formó parte del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México.

   Carballo obtuvo importantes premios estatales, nacionales e internacionales. Algunas de sus obras son 'El cuento mexicano del siglo XX' (1964), y 'Diccionario crítico de las letras mexicanas en el siglo XIX' (2001); los dos primeros tomos de sus memorias: 'Ya nada es igual' (2004) y 'Diario público 1966-1968' (2005) y la ya clásica 'Protagonistas de la literatura mexicana' (1965) reeditada en varias ocasiones.