MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha anunciado este miércoles la reanudación de sus actividades de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central, casi un año después de verse obligada a poner fin a las operaciones con su último barco, el 'Geo Barents' y ante el aumento de muertes y naufragios de embarcaciones con migrantes a bordo durante los últimos meses.
"Como organización médica y humanitaria, nuestro compromiso de estar presentes en el mar y apoyar a las personas que se desplazan es inquebrantable", ha afirmado en un comunicado Juan Matías Gil, representante del proyecto de búsqueda y rescate de MSF, una organización ha confirmado ahora que el barco 'Oyvon' ha sido adaptado en Valencia para llevar a cabo operaciones en una de las rutas migratorias más mortíferas del mundo.
Así, ha afirmado que su objetivo es "rescatar a quienes se encuentran en peligro en el mar, obligados a emprender travesías en embarcaciones no aptas para la navegación, después de haber soportado condiciones deplorables e inhumanas, detenciones, abusos y extorsiones en Libia".
En este sentido, la organización, ha lamentado las políticas "restrictivas" contra los rescates en el mar y ha dicho que la ONG se vio obligada a suspender las actividades en diciembre de 2024 tras más de dos años operando bajo las leyes y políticas italianas, las cuales ha criticado.
"El decreto Piantedosi y la práctica de asignar puertos distantes. Estas normas restrictivas hicieron inviable el funcionamiento del 'Geo Barents'. A pesar de su capacidad para transportar hasta 700 personas, estas políticas no permiten realizar más de un rescate", recoge el texto.
Este buque se veía obligado a "regresar a puerto con un pasaje que, por lo general, tan solo rondaba los 50 supervivientes". Además, "las autoridades italianas asignaban al barco repetidamente puertos muy lejanos, provocando travesías cada vez más largas que agravaban el sufrimiento y las condiciones de los supervivientes", ha afirmado la ONG.
Desde MSF han lamentado que estas políticas "merman la capacidad de los buques de búsqueda y rescate para proporcionar asistencia de salvamento". "La decisión de MSF de operar un barco más pequeño y rápido es una respuesta estratégica ante las leyes y prácticas restrictivas y obstructivas impuestas por el Gobierno italiano, que se dirigen específicamente a los barcos de rescate humanitario", ha explicado.
Durante los últimos meses se ha producido un aumento de los ataques violentos en aguas internacionales por parte de la Guardia Costera de Libia y otros grupos armados contra las personas que cruzan el Mediterráneo, así como contra los buques de rescate humanitario.
La tripulación de MSF incluye un médico y una enfermera para proporcionar atención médica en situaciones que ponen en peligro la vida y tratar a las personas por hipotermia, inhalación de combustible, quemaduras por combustible, así como por las heridas que puedan haber sufrido en el ciclo de abusos y detenciones en Libia, tal y como apunta el documento.