Publicado 15/09/2025 07:07

Un experto destaca los avances en cirugía de hemorroides con técnicas menos invasivas: "No tiene por qué ser doloroso"

Imagen de recurso de una persona con hemorroides.
Imagen de recurso de una persona con hemorroides. - HOSPITAL RUBER INTERNACIONAL DE MADRID

MADRID 15 Sep. (EUROPA PRESS) -

El doctor Javier Die Trill, cirujano general y especialista en coloproctología del Hospital Ruber Internacional de Madrid, ha resaltado que las nuevas técnicas menos invasivas han transformado la cirugía de hemorroides, mejorando la calidad de vida de los pacientes.

"Las posibilidades terapéuticas son muchas y deben adaptarse al tamaño, grado y síntomas que producen las hemorroides. Hoy, el tratamiento quirúrgico no tiene por qué ser doloroso en la mayoría de los casos", ha explicado el doctor.

Las hemorroides son una de las patologías proctológicas más frecuentes. Se estima que hasta la mitad de la población adulta las sufrirá en algún momento de su vida. Aunque a menudo generan vergüenza a la hora de consultarlo, se trata de un problema médico con múltiples opciones de tratamiento, que van desde medidas conservadoras hasta técnicas quirúrgicas avanzadas.

En concreto, las hemorroides son almohadillas vasculares normales del canal anal, cuya función es contribuir al sellado y la continencia. El problema aparece cuando se inflaman o prolapsan. Existen hemorroides internas, que en fases iniciales no son visibles y se manifiestan sobre todo con sangrado, y hemorroides externas, recubiertas de piel y más proclives a generar dolor agudo cuando se trombosan.

Los síntomas más comunes incluyen el sangrado rojo brillante con las deposiciones; dolor o escozor anal; sensación de bulto o prolapso, y la secreción mucosa o dificultad para la higiene. "El sangrado persistente, el dolor anal que no mejora o un prolapso que no se reduce espontáneamente son señales claras de que es necesario acudir al cirujano", subraya Die Trill.

OPCIONES TERAPÉUTICAS

Según el experto, el abordaje no siempre implica cirugía, ya que, en muchos casos, el tratamiento conservador es suficiente para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Esto incluye: dieta rica en fibra y abundante agua, para evitar estreñimiento; hábitos higiénico-sanitarios que reduzcan el esfuerzo defecatorio, y uso de pomadas locales y medicamentos venotónicos que fortalecen las paredes venosas.

Cuando estas medidas no resultan efectivas, existen distintas técnicas quirúrgicas. La primera de ellas es la ligadura con banda elástica o esclerosis con etoxiesclerol: se realizan de forma ambulatoria, rápidas y con mínimas molestia. Están indicadas en hemorroides internas de grado I-II.

Otra técnica es la hemorroidectomía clásica (Milligan-Morgan o Ferguson, también con láser): indicada en hemorroides de grados III-IV, ofrece resultados duraderos, aunque con una recuperación más prolongada. Por último, la hemorroidectomía con grapadora (PPH): actualmente menos utilizada, con menor dolor postoperatorio y recuperación más rápida en algunos casos seleccionados.

"El objetivo es ofrecer al paciente el tratamiento más eficaz con la menor agresión posible, adaptándonos siempre a sus síntomas clínicos y a sus preocupaciones", explica el especialista.

TRAS LA CIRUGÍA

El doctor subraya que el postoperatorio requiere mantener una dieta rica en fibra, buena hidratación y evitar el esfuerzo defecatorio. Además, puntualiza que es normal presentar dolor leve o sangrado en los primeros días, "pero debe consultarse al especialista si aparece fiebre, dolor persistente o sangrado abundante", añade.

"Gracias a la experiencia acumulada y al trabajo en equipo, hemos logrado que la cirugía de hemorroides deje de asociarse con un proceso doloroso y traumático. Hoy podemos hablar de resultados extraordinarios que mejoran la calidad de vida de nuestros pacientes. Un diagnóstico temprano permite un tratamiento más sencillo, menos agresivo y con mejores resultados", ha finalizado Die Trill.

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