MADRID 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Con la llegada del otoño y antes de que el frío se instale en casa, conviene poner a punto la calefacción para que funcione al máximo rendimiento. Además de purgar los radiadores, hay una tarea igual de importante que muchos pasan por alto: limpiar su interior antes de ponerlos en marcha.
Esa suciedad, aparentemente inofensiva, reduce su capacidad para transmitir calor, hace que tarden más en calentar y, en algunos casos, puede incluso aumentar el consumo energético. En resumen: un radiador sucio calienta menos y gasta más. Por eso, dedicar unos minutos a limpiarlo a fondo es una forma sencilla de mejorar su eficiencia y alargar su vida útil.
EL TRUCO MÁS RÁPIDO Y EFECTIVO: EL DEL SECADOR DE PELO
Entre los métodos más sencillos y rápidos, destaca el que propone la creadora de contenido @mimodemami en un vídeo de Instagram. Su truco consiste en usar un secador de pelo para expulsar la suciedad acumulada dentro del radiador, ayudándose de un paño de microfibra para recoger el polvo que cae.
"Pon el secador a máxima potencia desde la parte superior y verás cómo las pelusas salen volando por abajo", explica en el vídeo, donde demuestra lo efectivo que resulta el método. Según cuenta, fue una seguidora quien le compartió este consejo, y el resultado sorprende por su rapidez y eficacia.
PASO A PASO PARA LIMPIAR EL RADIADOR
1. Asegúrate de que el radiador esté frío y la calefacción apagada antes de empezar.
2. Coloca un paño de microfibra ligeramente humedecido bajo el radiador para atrapar el polvo y las pelusas que caigan.
3. Enchufa el secador de pelo a máxima potencia y dirígelo a la parte superior del radiador. El aire caliente arrastrará la suciedad hacia abajo.
4. Repite la operación en distintas zonas si es necesario.
5. Por último, limpia las superficies exteriores con una esponja humedecida en agua tibia y jabón neutro, y sécalas bien para evitar la oxidación.
CONSEJOS EXTRA PARA UNA LIMPIEZA MÁS A FONDO
Si quedan restos de polvo o pelusa en zonas difíciles de alcanzar, puedes usar un plumero de microfibra o un cepillo especial para radiadores, disponibles en tiendas de hogar y ferreterías. En radiadores situados en la cocina o cerca de la grasa, es recomendable aplicar un desengrasante suave antes de limpiar las superficies.
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Y no olvides el último paso: purgar el radiador después de la limpieza y antes de encender la calefacción. Así eliminarás el aire acumulado en el circuito y garantizarás que el calor se reparta de forma uniforme por toda la casa.