Publicado 29/10/2025 06:47

Desconecta.- Muchos se equivocan al guardar el queso: así consigues que dure mucho más tiempo sin estropearse

Muchos se equivocan al guardar el queso: así consigues que dure mucho más en la nevera
Muchos se equivocan al guardar el queso: así consigues que dure mucho más en la nevera - UNSPLASH - DAVID FOODPHOTOTASTY

MADRID 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

El queso se encuentra entre los alimentos más presentes en los hogares españoles y, al mismo tiempo, entre los que más se desperdician. No es raro abrir la nevera y descubrir que ha aparecido una capa blanquecina, un olor agrio o incluso moho en una esquina. En la mayoría de los casos, el problema no está en el producto, sino en cómo se conserva.

El queso es un alimento vivo, con humedad y grasa, y por eso su almacenamiento influye directamente en cuánto aguanta en buen estado. Si lo dejamos sin protección o con exceso de aire, se reseca; si lo envolvemos mal o lo sometemos a cambios bruscos de temperatura, puede aparecer moho antes de tiempo. Por suerte, existen maneras sencillas de prolongar su vida útil sin que pierda sabor ni textura.

Una de las más efectivas la comparte Mariana Zapién, ingeniera en alimentos y creadora del perfil divulgativo @ingdetusalimentos, donde explica con rigor y sencillez cómo conservar correctamente distintos productos del día a día. En este caso, su recomendación detalla cómo congelar distintos tipos de queso y cuáles conviene no hacerlo para conservar su calidad.

EL TRUCO QUE REALMENTE FUNCIONA

Zapién propone una técnica que no tiene misterio, pero sí requiere hacerlo bien. Si se trata de quesos frescos -como el queso de Burgos o la mozzarella-, deben colocarse en un recipiente de cristal hermético, con la menor cantidad de aire posible. De este modo se pueden conservar congelados hasta dos meses sin que cambie su sabor ni su textura.

En cambio, los quesos maduros o con mayor porcentaje de grasa no deben congelarse enteros, porque al descongelarlos podrían volverse quebradizos o perder cremosidad. La solución es cortarlos en porciones o rallarlos antes de guardarlos, siempre en bolsas o recipientes bien cerrados. Así pueden mantenerse hasta siete meses en perfecto estado.

Eso sí, no todos los quesos soportan bien el frío extremo. Los quesos crema, de cabra o ricotta no se recomiendan congelarlos por su alto contenido de humedad: al descongelarse, pierden cremosidad y adquieren una textura arenosa. En estos casos, lo ideal es consumirlos pronto o aprovecharlos en preparaciones que los cocinen, como salsas o gratinados.

POR QUÉ ESTE MÉTODO FUNCIONA

La clave está en controlar el aire y la humedad, los dos factores que más afectan a la conservación del queso. Al eliminar el exceso de aire en los recipientes o bolsas, se reduce el riesgo de que se forme moho y se retrasa la oxidación de las grasas. Y al mantener la temperatura estable, el queso conserva mejor su estructura y su sabor original.

Congelar correctamente el queso no solo alarga su vida útil: también reduce el desperdicio alimentario y ayuda a aprovechar mejor las compras. Con una mínima organización -etiquetar los recipientes y descongelar solo la porción necesaria- es posible disfrutar del queso con la misma calidad durante semanas o incluso meses.

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