Publicado 17/11/2025 09:45

Vierte esto en un tarro de cristal y tendrás conservas caseras listas sin esfuerzo

Vierte esto en un tarro de cristal y tendrás conservas caseras listas sin esfuerzo
Vierte esto en un tarro de cristal y tendrás conservas caseras listas sin esfuerzo - UNSPLASH - TIKTOK

MADRID 17 Nov. (EUROPA PRESS) -

Conservar frutas y verduras en casa es una manera sencilla de evitar el desperdicio y aprovechar los alimentos antes de que se estropeen. No hacen falta utensilios especiales ni largas horas en la cocina: con un método básico se pueden transformar ingredientes frescos en preparaciones que se mantienen en buen estado durante varios días sin perder sabor.

Una de las técnicas caseras más prácticas es la que propone la chef profesional @chefeliss_ en un vídeo publicado en sus redes sociales. Consiste en utilizar un frasco de cristal caliente y un líquido aromático preparado en pocos minutos. No es una conserva tradicional de larga duración, sino una elaboración rápida que mantiene el producto firme, aromático y lleno de sabor. Una solución perfecta para quienes quieren conservar alimentos sin complicarse.

LA MEZCLA CALIENTE QUE PERMITE CONSERVAR SIN COMPLICACIONES

La base del método es una preparación que combina agua, vinagre y azúcar, aromatizada con especias como laurel, pimienta verde, enebro o un poco de cebolla. Esta mezcla se calienta hasta que hierve y reduce ligeramente. El calor es esencial porque no solo integra los sabores, sino que permite que el tarro se selle correctamente después.

Mientras el líquido alcanza su punto, se preparan los frascos. Deben estar limpios y calientes para evitar cambios bruscos de temperatura al verter la mezcla. Dentro se colocan las frutas o verduras elegidas: láminas de calabacín, repollo morado picado, trozos de manzana verde o cualquier vegetal firme que se quiera conservar. Incluso algunos quesos pueden emplearse si quedan completamente cubiertos por el líquido.

VERTER, CERRAR Y DEJAR QUE EL VACÍO HAGA SU TRABAJO

Cuando el frasco está lleno, se vierte el líquido humeante hasta cubrirlo todo. Inmediatamente después se cierra y se coloca boca abajo durante unos minutos. Ese contraste de temperatura genera un vacío natural que sella la conserva sin necesidad de procedimientos complejos. Al darle la vuelta y dejarlo reposar, la preparación comienza a ganar sabor y firmeza.

El resultado no es una conserva industrial para guardar meses en la despensa, pero sí un preparado casero aromático que se mantiene bien varios días en la nevera. Es una manera práctica de aprovechar restos, evitar desperdicios y tener a mano encurtidos rápidos que combinan muy bien con ensaladas, carnes, quesos o platos fríos.

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